miércoles, 17 de abril de 2019

Emergencias Toxicológicas


Emergencias Toxicológicas



Los servicios de urgencias deben estar preparados para recibir pacientes con cuadros clínicos confirmados o con sospecha de intoxicación, eventos traumáticos, intoxicaciones por drogas de abuso y eventos delictivos o suicidas asociados con sustancias tóxicas. Lo anterior obliga a que el personal médico, de enfermería y, en general, el equipo de trabajo de estos servicios, estén adecuadamente  capacitados y entrenados para su manejo.

El abordaje de este tipo de pacientes requiere especial cuidado para llegar a un diagnóstico y tratamiento adecuados que garanticen el éxito de la intervención médica y paramédica, con el más
alto sentido de respeto y responsabilidad durante el manejo de atención. Es importante recalcar que aun si no aparenta estar agudamente enfermo, todo paciente intoxicado debe ser tratado como si tuviera una intoxicación que pudiera comprometer su vida. Muchos de estos pacientes tienen intenciones suicidas, a su vez cada caso puede estar relacionado con hechos traumáticos y/o delictivos y generar implicaciones de carácter médico legal. Esto obliga a la elaboración de una cuidadosa historia clínica, al estricto cumplimiento de cadena de custodia de las evidencias y muestras biológicas y al uso adecuado del laboratorio de toxicología.

Es nuestro deber, por lo tanto, estar preparados para el manejo del paciente intoxicado y así brindarle el mejor servicio y garantizar una óptima atención que será, en gran medida, de beneficio
para nuestros pacientes.

Las intoxicaciones se clasifican de acuerdo con cuatro parámetros clínicos:

1. La cantidad o dosis del tóxico.
2. El lapso transcurrido entre la exposición al tóxico y el inicio del tratamiento.
3. El grado de alteración del estado general.
4. El grado de alteración del estado de conciencia.

De acuerdo con estos parámetros se pueden considerar los siguientes cuadros

1. Intoxicación aguda: Se caracteriza porque las manifestaciones clínicas aparecen generalmente en las primeras 48 horas después del contacto con el tóxico. La dosis o cantidad del tóxico es generalmente grande pero algunos como el cianuro, paraquat, aflatoxinas y fósforo blanco presentan cuadros agudos severos con pequeñas dosis. Se pueden presentar complicaciones. Las vías de penetración al organismo más frecuentes son la oral y la inhalatoria y con menos frecuencia la vía dérmica. Usualmente, son intoxicaciones de tipo accidental o por intentos de suicidio u homicidio. Se pueden dividir de la siguiente manera:

A) Intoxicación aguda leve: la dosis del tóxico recibida es relativamente baja; siempre será
una dosis subletal. El tiempo transcurrido desde la absorción del tóxico es bajo. No hay alteración del estado general o es muy leve. No hay alteración del estado de conciencia. Se realiza manejo con medidas generales; se observa durante mínimo 6 horas y no amerita hospitalización posterior.

B) Intoxicación aguda moderada: la dosis del tóxico es relativamente alta, pero continúa siendo subletal. El tiempo transcurrido a partir del contacto con el tóxico es suficiente para permitir mayor absorción. Se presentan alteraciones clínicas del estado general de carácter leve o están ausentes. Se
debe manejar con medidas generales y tratamiento específico; amerita dejar al paciente en observación más de 6 horas para registrar cambios que hagan necesaria o no su hospitalización.

C) Intoxicación aguda severa: la dosis del tóxico es generalmente alta; puede ser la dosis letal o varias veces esta. Generalmente ha transcurrido suficiente tiempo para la absorción del tóxico. Hay severo compromiso del estado general y alteraciones del estado de conciencia, que van desde la excitación y el delirio, hasta el estupor y el coma. Amerita manejo general y específico, hospitalización e incluso cuidado intensivo.

2. Intoxicación subaguda: Es aquella cuyas manifestaciones clínicas se presentan dentro de un periodo de 30 a 120 días. Algunos autores incluso permiten un margen de 180 días, pero es difícil precisar en qué momento termina este periodo y se convierte en crónica.

3. Intoxicación crónica: Las manifestaciones clínicas aparecen tardíamente, generalmente, después de 3 a 6 meses e incluso después de años. La dosis o cantidad del tóxico es pequeña pero continuada y con efecto acumulativo. En un alto porcentaje presentan secuelas a largo plazo; la frecuencia de complicaciones es baja. Las vías de penetración más frecuentes son la inhalatoria y la dérmica y con
menos frecuencia la oral. Generalmente, son intoxicaciones derivadas de la exposición a tóxicos
ambientales o de tipo ocupacional, por ejemplo, en exposición crónica a metales pesados e hidrocarburos, entre otros.

Causas de intoxicación general: Dentro de las principales causas de intoxicación
se encuentran:

1. Ocupacional: se presenta cuando accidentalmente o de manera no controlada, la persona entra en contacto con un agente tóxico ya sea por ingestión, inhalación o contacto dérmico directo durante su actividad laboral.
2. Accidental: se presenta como una situación no prevista en la cual hay una exposición no
controlada a un tóxico; puede presentarse como un evento doméstico, por consumo de
alcohol adulterado, sobredosis de drogas de abuso, etc.
3. Intencional suicida: se da en los eventos de autoagresión que involucran un agente tóxico
con el fin de conseguir la autoeliminación.
4. Intencional homicida: se presenta en los eventos de agresión a otra persona con un
agente tóxico con el fin de segar la vida.
5. Reacción adversa: ocurre como un evento no deseado, derivado del uso de uno o más medicamentos y que puede ser esperable cuando el efecto farmacológico se manifiesta de
manera exagerada o inesperada, cuando se produce una reacción no relacionada con el
efecto farmacológico.
6. Desconocida: se presenta en las situaciones en las cuales no se logra determinar la sustancia o agente que llevó a este evento tóxico.
7. Delictiva: se presenta cuando se utiliza una sustancia con potencial tóxico para generar un estado de vulnerabilidad en una persona con el fin de someterla, robarla o abusar de la misma.

ABC UNIVERSAL Y ESTABILIZACIÓN

1. Siempre debe sospecharse un potencial compromiso de la vía aérea. La pérdida de los reflejos protectores de la vía aérea, aspiración pulmonar y depresión respiratoria son una causa común
de mortalidad. Si el paciente está despierto y conversando o mantiene la capacidad de toser,
es muy probable que sus reflejos de vía aérea estén conservados; sin embargo, se requiere observación estricta porque durante la evolución puede perder rápidamente el control de la vía aérea. Si existe sospecha de riesgo, es preferible asegurarla mediante intubación orotraqueal. La estabilización cervical debe mantenerse hasta que se descarten posibles lesiones.

2. Dependiendo del agente, un intoxicado puede presentar taqui o bradicardia e hiper o hipotensión. Esta última se puede deber a hipovolemia, depresión miocárdica, arritmias o vasodilatación sistémica, en que una estrategia inicial con solución salina está indicada, pero el uso y elección de vasopresores dependerá del tóxico involucrado. El tratamiento de la hipertensión dependerá de su cronicidad y de los agentes desencadenantes, además de la consideración de las posibles emergencias hipertensivas.

3. En todo paciente con compromiso de conciencia, especialmente en Norteamérica y Europa,
se considera administrar el denominado “cóctel del coma”, que incluye glucosa, tiamina y naloxona, apenas obtenido un acceso venoso. El cóctel puede ser diagnóstico y terapéutico. Los valores normales de hemoglucotest no descartan hipoglicemia y el daño producido por administración de dextrosa 50 g IV a pacientes hiperglicémicos ha sido desestimado. Pese a que la evidencia a favor de la utilidad del uso de tiamina 100 mg en bolo, para manejo y prevención del síndrome de Wernicke – Korsakoff es débil (pocos pacientes recuperan conciencia)- su uso rutinario es barato, inofensivo y
podría prevenir deterioro posterior secundario a estados nutricionales deficientes. La falta de
respuesta a una dosis acumulativa de 10 mg. de naloxona (en bolos de 0,4 a 2 mg cada 2 a 3 minutos), prácticamente descarta una intoxicación por opioides.

4. El uso de flumazenil en el paciente inconsciente con una intoxicación desconocida es controversial porque puede desencadenar convulsiones en un usuario crónico de benzodiazepinas y aun peor, si hay otro fármaco involucrado como, antidepresivos tricíclicos, pese a que su uso en estudios randomizados de intoxicaciones concomitantes de benzodiacepinas y tricíclicos no mostró un riesgo significativamente mayor. Por otra parte, la mejoría en la escala de Glasgow ha demostrado ser transitoria con recidivas de compromiso de conciencia, sin mejorías en los tiempos de estadía ni disminución en los costos. Su indicación más segura es ante la certeza de sobredosis de benzodiazepinas y compromiso amenazante de la vía aérea, en bolos de 0,2 mg, que puede ser seguido por bolos de 0,3 mg, cada minuto, hasta una dosis máxima de 3 mg.

5. En el caso de injurias inhalatorias o aspiración pulmonar de hidrocarburos y cáusticos, lo más
recomendado es la intubación orotraqueal precoz que prevenga un eventual manejo en un paciente que colapsa.

6. Durante un paro cardiaco con actividad eléctrica sin pulso o asistolia, siempre tener en la mente la posibilidad de una sobredosis, de no haber una etiología clara.

7. En el enfermo con una intoxicación de origen desconocido y comprometido de conciencia, descartar otras causas de alteración de la conciencia, como accidentes cerebrovasculares, hematoma
subdural y hemorragia subaracnoídea.

8. Los pacientes pueden presentar alteraciones de signos vitales que amenazan la vida, tales como:
arritmias malignas, convulsiones, hipotensión, hipertensión, hipotermia e hipertermia e insuficiencia respiratoria. El manejo de cada una de estas situaciones no difiere de su manejo tradicional. Trate al paciente primero, no al tóxico. Considere que pueden orientar a identificar el tóxico y así dar un antídoto precozmente en caso de existir y estar disponible.

IDENTIFICACIÓN DE EL O LOS AGENTES TÓXICOS

1. El interrogatorio del paciente y de sus familiares es fundamental para averiguar acerca de los tóxicos involucrados, pero a veces no entrega información suficiente. La clave puede estar en
los registros de la farmacia, en la ficha clínica antigua o en los datos del médico personal del paciente. Es útil revisar todos los frascos encontrados y tratar de cuantificar la cantidad de fármacos involucrados. Se debe tratar de establecer la hora exacta de la ingesta y la vía de exposición. Relevantes son siempre los antecedentes previos de otras patologías y los antecedentes psiquiátricos.

2. En el examen físico pueden contribuir elementos básicos como el olor del paciente, de sus ropas o secreciones, por ejemplo, el olor a ajo es característico de arsénico y también de órganofosforados. Los signos vitales tienen variaciones características de ciertos tóxicos, como la hipertensión, taquicardia e hipertermia de los simpaticomiméticos o la hipotermia, bradicardia y depresión respiratoria de los barbitúricos. El examen ocular está enfocado a buscar cambios del tamaño pupilar, arreflexia y nistagmo. Se debe además consignar estado de conciencia y cambios de tono muscular y posibles convulsiones. Las tablas 1, 2 y 3 muestran algunas drogas asociadas a estas alteraciones.

3. Los llamados toxidromes corresponden al conjunto de síntomas y signos físicos que pueden orientar al tipo de tóxico. Los toxidromes más frecuentes son: anticolinérgico, simpaticomimético, colinérgico, opioide y serotoninérgico. Sin embargo, desafortunadamente su especificidad es baja, debido a la variabilidad de manifestaciones posibles y sus superposiciones, así como por la posible influencia de más de un tóxico en el cuadro clínico

4. El laboratorio clínico general en toxicología clínica aporta información sobre el estado general del paciente y también para la identificación de ciertos tóxicos. En un paciente con una intoxicación moderada o severa, se deben solicitar pruebas de función renal, función hepática, electrolitos, osmolaridad plasmática, gases arteriales, pruebas de coagulación, test de embarazo en mujeres en edad fértil, electrocardiografía y radiografía de tórax, en casos de sospecha de aspiración o inhalación. La elevación del anion gap, se asocia a algunas condiciones con acidosis láctica, uremia, cetoacidosis y sepsis, que pueden estar asociadas a intoxicaciones, pero además a ciertos tóxicos clásicos, como los salicilatos o el etilenglicol. Las intoxicacioneslas medidas terapéuticas especificas.

Las drogascuyos niveles plasmáticos son necesarios para el manejo posterior son acetaminofeno, salicilatos, alcoholes (etilen glicol, metanol y etanol), teofilina, hierro, plomo, litio, carboxihemoglobina y digoxina. En pacientes con sobredosis desconocida de múltiples drogas, la solicitud empírica de niveles de acetaminofeno, salicilatos y litio, pudiese considerarse.

 Antídoto-Terapia:
De acuerdo al toxico involucrado en la intoxicación y según su indicación y disponibilidad se utilizará el respectivo antídoto para revertir el cuadro toxico
(Ver 3ª. Parte: Antídotos Específicos).

Descontaminación: En caso de tóxicos considerados como materiales peligrosos “HazMat” (Hazardous Materials) se debe realizar el manejo del lugar donde se presentó el evento tóxico únicamente con personal calificado y debidamente protegido, siguiendo los protocolos establecidos para cada caso.

En el servicio de urgencias se realizará la descontaminación del paciente de la siguiente manera:

1. Descontaminación de Superficies

• Piel
• Ojos
• Inhalación

2. Descontaminación Gastrointestinal:

• Emesis
• Lavado Gástrico
• Carbón activado
• Catárticos
• Irrigación intestinal preferiblemente con polietilenglicol (Nulytely)
• Remoción quirúrgica

Potenciar la eliminación: Este proceso hace referencia a la utilización de métodos para favorecer la salida del tóxico del organismo, dentro de los que se incluyen:

• Forzar Diuresis
• Alcalinización urinaria
• Hemodiálisis
• Hemoperfusión
• Hemofiltración
• Administración de dosis repetidas de carbón
activado

Disposición: Dependiendo de la severidad del cuadro clínico del paciente intoxicado admitido en urgencias, puede requerirse observación, valoración por otras especialidades, hemodiálisis, hemoperfusión, hospitalización en piso o manejo en Unidad de Cuidado Intensivo. Es posible que en la institución donde se realiza el manejo inicial del caso no se disponga de todos los elementos diagnósticos, terapéuticos ni hospitalarios, por lo cual hay que procurar la ubicación oportuna y eficaz, en una institución de nivel de complejidad mayor, donde se cuente con los insumos necesarios para su óptima atención.

Hay que recordar que muchos casos de intoxicaciones son con intención suicida y por lo tanto
estos pacientes requieren siempre valoración por psiquiatría para determinar el riesgo suicida.
Además se debe tener especial cuidado con la ropa, las pertenencias u objetos que lleguen con
el paciente, al igual que las muestras biológicas que son únicas e irreproducibles, ya que estos
elementos pueden llegar a ser pieza clave en casos médico-legales por actos traumáticos o delictivos. Seguir los protocolos establecidos de cadena de custodia de las muestras biológicas del paciente.
La gran cantidad de sustancias químicas que existen y el desconocimiento acerca del tratamiento
de las intoxicaciones ocasionadas por éstas, hace necesario que el profesional de la salud y la población en general cuenten con una fuente de información y apoyo para el manejo de este tipo
de situaciones.

Se recomienda a todos los médicos notificar los casos de intoxicaciones a su respectivo Centro
Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) y si se requiere soporte para el manejo del paciente, este brindará el servicio que permita orientación terapéutica, ubicación oportuna de antídotos, remisión y traslado rápido de pacientes al centro hospitalario adecuado para su manejo.














Gracias.

martes, 16 de abril de 2019

Enfermedades infecciosas




Enfermedades infecciosas


Sistema inmunológico.

                                    

Los gérmenes o microbios se encuentran en todas partes, en el aire, el suelo y el agua. También hay gérmenes en su piel y en su cuerpo. Muchos de ellos son inofensivos y algunos incluso pueden ser útiles. Pero algunos de ellos pueden enfermarle. Las enfermedades infecciosas son causadas por gérmenes.

Hay muchas formas diferentes de contraer una enfermedad infecciosa:

-A través del contacto directo con una persona que está enferma. Esto incluye besarse, tocarse, estornudar, toser y tener contacto sexual. Las madres embarazadas también pueden transmitir algunos gérmenes a sus bebés
-A través del contacto indirecto, cuando toca algo que tiene gérmenes. Por ejemplo, podría estar en contacto con gérmenes si alguien que está enfermo tocó el picaporte de una puerta y luego usted lo toca
-A través de picaduras de insectos o animales
-A través de alimentos, agua, suelo o plantas contaminados

Hay cuatro tipos principales de gérmenes:

-Bacterias: Gérmenes unicelulares que se multiplican rápidamente. Pueden emitir toxinas, que son sustancias químicas dañinas que pueden enfermarle. La faringitis estreptocócica y las infecciones de las vías urinarias son infecciones bacterianas comunes
-Virus: Pequeñas cápsulas que contienen material genético. Invaden sus células para poder multiplicarse. Esto puede matar, dañar o cambiar las células y enfermarle. Las infecciones virales incluyen el VIH/SIDA y el resfrío común
-Hongos: Organismos primitivos parecidos a las plantas, como moho, setas y levaduras. El pie de atleta es una infección fúngica común
-Parásitos: Animales o plantas que sobreviven viviendo sobre o dentro de otros seres vivos. La malaria es una infección causada por un parásito

Las enfermedades infecciosas pueden causar muchos síntomas diferentes. Algunos son tan leves que es posible que ni siquiera los note, mientras que otros pueden ser potencialmente mortales. Existen tratamientos para algunas enfermedades infecciosas, pero para otras, como algunos virus, solo puede tratar sus síntomas. Algunas medidas para prevenir muchas enfermedades infecciosas son:

-Vacunarse
-Lavarse las manos con frecuencia
-Prestar atención a la seguridad con los alimentos
-Evitar el contacto con animales salvajes
-Practicar sexo seguro
-No compartir elementos como cepillos de dientes, peines y pajillas

Diagnóstico
El médico puede ordenar análisis de laboratorio o pruebas de diagnóstico por imágenes para determinar la causa de los síntomas.

Análisis de laboratorio
Muchas enfermedades infecciosas tienen signos y síntomas similares. Las muestras de tus fluidos corporales algunas veces pueden poner en evidencia el microbio específico que está causando la enfermedad. Esto ayuda a tu médico a definir tu tratamiento.

-Análisis de sangre. Un técnico obtiene una muestra de sangre mediante la inserción de una aguja en una vena, generalmente de tu brazo.
-Análisis de orina. Para realizar este análisis indoloro debes orinar en un recipiente. Para evitar una posible contaminación de la muestra, es posible que se te pida que limpies el área genital con una compresa antiséptica y recojas la orina.
-Hisopado de garganta. Se pueden obtener muestras de tu garganta u otras partes húmedas de tu cuerpo con un hisopo esterilizado.
-Muestra de heces. Posiblemente se te pida que recojas una muestra de heces para que el laboratorio pueda analizarla para detectar la presencia de parásitos u otros organismos.
-Punción medular (punción lumbar). Este procedimiento obtiene una muestra de tu líquido cefalorraquídeo mediante una aguja que se inserta cuidadosamente entre los huesos de tu columna lumbar. Comúnmente, se te pedirá que te recuestes sobre tu costado con las rodillas flexionadas hacia el pecho.

Diagnóstico por imagen
Los procedimientos de diagnóstico por imágenes, como las radiografías, las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas, pueden ayudar a determinar diagnósticos y a descartar otras afecciones que pueden estar causando tus síntomas.

Biopsias
En una biopsia, se toma una pequeña muestra de tejido de un órgano interno para examinarla. Por ejemplo, una biopsia de tejido pulmonar se puede examinar para buscar diversos hongos que pueden provocar un tipo de neumonía.

Tratamiento
El doctor podrá elegir el tratamiento adecuado si sabe qué tipo de germen causa tu enfermedad.

Antibióticos
Los antibióticos se agrupan en «familias» de tipos similares. Las bacterias también se separan en grupos de tipos similares, por ejemplo estreptococo o E. coli.

Algunos tipos de bacterias son particularmente susceptibles a determinadas clases de antibióticos. El tratamiento puede adecuarse de forma más precisa si el médico sabe qué tipo de bacteria se debe combatir.

Por lo general, los antibióticos se reservan para combatir infecciones bacterianas, debido a que estos tipos de medicamentos no tienen efecto sobre las enfermedades provocadas por virus. No obstante, a veces es difícil determinar qué tipo de germen hay que combatir. Por ejemplo, algunos tipos de neumonía son causados por virus y otros son provocados por bacterias.

El abuso de antibióticos ha tenido como resultado muchos tipos de bacterias que desarrollan resistencia a una o más variedades de antibióticos. Esto dificulta mucho el tratamiento de las bacterias.

Antivirales
Se han desarollado medicamentos para tratar algunos pero no todo los virus. Estos son ejemplos de virus que causan:

VIH/SIDA
Herpes
Hepatitis B
Hepatitis C
Influenza



Antifúngicos
Se pueden usar medicamentos antifúngicos tópicos para tratar las infecciones cutáneas o de uñas causadas por hongos. Algunas infecciones fúngicas, como las que afectan los pulmones o las membranas mucosas se pueden tratar con un antifúngico oral. Las infecciones fúngicas más graves que afectan los órganos internos, especialmente en personas con el sistema inmunitario debilitado, pueden necesitar medicamentos antifúngicos intravenosos.

Antiparasitarios
Algunas enfermedades, incluida la malaria, son provocadas por parásitos pequeños. Si bien hay medicamentos para tratar estas enfermedades, algunas variedades de parásitos han desarrollado resistencia a los medicamentos.

Medidas preventivas básicas

Cada año mueren personas por la diseminación de infecciones en los hospitales. Quienes trabajan en la atención de salud pueden tomar medidas para evitar la diseminación de las enfermedades infecciosas. Estas medidas son parte del control de las infecciones.

Lavarse las manos correctamente es la forma más eficaz para prevenir que la propagación ocurra. Si es un paciente, no tema recordarles a sus amigos, familiares y profesionales de la salud que se laven las manos antes de acercarse a usted.

Otras medidas que los profesionales de la salud pueden tomar incluyen:

-Cubrirse la boca al toser o estornudar
-Mantener sus vacunas al día
-Usar guantes, mascarillas y ropas protectoras
-Tener a mano pañuelos desechables y limpiadores de manos
-Seguir las normas del hospital cuando se lidie con sangre o artículos contaminados

Las infecciones son enfermedades que son causadas por microbios como bacterias, hongos y virus. Los pacientes en el hospital ya están enfermos. Exponerlos a estos microbios puede dificultar su recuperación y su regreso a casa.

Si usted visitará a un amigo o a un ser querido, necesita tomar medidas para prevenir la propagación de microbios.

La mejor manera de detener la propagación de microbios es lavarse las manos con frecuencia, quedarse en casa si está enfermo y mantener al día sus vacunas.

Lavado de las manos y limpiadores de manos a base de alcohol
Límpiese las manos:

-Al entrar y salir de la habitación de un paciente.
-Después de usar el baño.
-Después de tocar a un paciente.
-Antes y después de usar guantes.
-Recuérdeles a los familiares, amigos y proveedores de atención médica que se laven las manos antes de ingresar al cuarto de un paciente.

Para lavarse las manos:

Moje las manos y las muñecas y luego aplique jabón.
Estréguese las manos durante al menos 20 segundos de manera que el jabón haga espuma.
Quítese los anillos o estréguese por debajo de ellos.
Si las uñas están sucias, utilice un cepillo de limpieza.
Enjuáguese las manos con agua corriente.
Seque las manos con una toalla de papel limpia.
NO toque el lavamanos ni la grifería después de lavarse las manos. Utilice la toalla de papel para cerrar la llave del agua y abrir la puerta.
También puede utilizar limpiadores de manos a base de alcohol (desinfectantes) si sus manos no están visiblemente sucias.

Los dispensadores se pueden encontrar en el cuarto del paciente y por todo el hospital u otra instalación de atención médica.
Aplique una cantidad de desinfectante del tamaño de un centavo en la palma de una mano.
Frótese las manos, verificando que todas las superficies de ambos lados de ellas, así como el espacio entre los dedos, estén cubiertos.
Frote hasta que las manos estén secas.
Quédese en casa si está enfermo
El personal y los visitantes deben quedarse en casa si se sienten enfermos o tienen fiebre. Esto ayuda a proteger a todos en el hospital.

Si cree que estuvo expuesto a la varicela, la gripe u otras infecciones, quédese en casa.

Recuerde que lo que puede parecer como simplemente un poco de resfriado para usted puede ser un gran problema para alguien en el hospital que esté enfermo. Si no tiene la certeza de que sea seguro realizar una visita, llame a su proveedor y pregúntele acerca de sus síntomas antes de ir al hospital.

Aislamiento
Cualquiera que visite a un paciente de hospital que tenga una señal de aislamiento por fuera de su puerta debe detenerse en el puesto de enfermería antes de entrar en la habitación del paciente.

Las precauciones de aislamiento crean barreras que ayudan a prevenir la propagación de microbios en el hospital. Son necesarias para protegerlo a usted y al paciente que está visitando. Las precauciones también se necesitan para proteger a otros pacientes en el hospital.

Cuando un paciente se encuentra en aislamiento, los visitantes posiblemente:

Deban usar guantes, una bata, una máscara o alguna otra cubierta.
Necesiten evitar el contacto con el paciente.
Tengan prohibido del todo el ingreso a la habitación del paciente.
Otras medidas que puede tomar para prevenir infecciones
Los pacientes de los hospitales que estén muy viejos, muy jóvenes o muy enfermos corren un mayor riesgo de daño por infecciones como la gripe y los resfriados. Para evitar contraer la gripe y transmitírsela a otros, hágase aplicar una vacuna antigripal cada año. (Pregúntele al médico qué otras vacunas necesita).

Cuando visite a un paciente en el hospital, mantenga las manos lejos de su cara. Tosa o estornude en un pañuelo de papel o en el pliegue del codo, y no hacia el aire.

Equipo de protección personal

El equipo de protección personal es un equipo especial que usted usa para crear una barrera entre usted y los microbios. Esta barrera reduce la probabilidad de tocar, exponerse y propagar microbios.

El equipo de protección personal (EPP) ayuda a prevenir la propagación de microbios en el hospital. Esto puede proteger a las personas y a los trabajadores de la salud de infecciones.

Todo el personal del hospital, los pacientes y los visitantes deben utilizar el EPP cuando entrarán en contacto con sangre u otros líquidos corporales.

Tipos de equipo de protección personal
El uso de guantes protege las manos de microbios y ayuda a reducir su propagación.

Las máscaras cubren la nariz y la boca.

Algunas tienen una parte plástica transparente que cubre los ojos.
Una máscara quirúrgica ayuda a detener la propagación de los microbios de la nariz y la boca. También puede evitar que usted inhale algunos microbios.
Una máscara respiratoria especial (respirador) crea un sello hermético alrededor de la nariz y la boca. Se puede necesitar para que usted no inhale pequeños microbios como las bacterias de la tuberculosis.
La protección de los ojos incluye cubiertas para la cara y gafas. Estas protegen las membranas mucosas en los ojos de la sangre y otros líquidos corporales. Si estos líquidos entran en contacto con los ojos, los microbios en dicho líquido pueden ingresar al cuerpo a través de las membranas mucosas.

La ropa incluye batas, delantales, cubiertas para la cabeza y para los zapatos.



A menudo se utilizan durante la cirugía para protegerlos a usted y al paciente.
También se utilizan durante la cirugía para protegerlo cuando trabaja con líquidos corporales.
Los visitantes usan batas si están visitando a una persona que se encuentre en aislamiento debido a una enfermedad que se puede propagar fácilmente.
Es posible que usted necesite un equipo de protección personal especial al manejar algunos fármacos para el cáncer. Este equipo se denomina EPP citotóxico.

Tal vez sea necesario usar una bata con mangas largas y puños elásticos. Esta bata debe evitar que los líquidos toquen la piel.
También es posible que necesite usar cubiertas de zapatos, gafas protectoras y guantes especiales.
Escoger el equipo de protección personal apropiado
Es posible que usted necesite utilizar distintos tipos de equipo de protección personal para distintas personas. Su lugar de trabajo tiene instrucciones por escrito sobre cuándo usar dicho equipo y qué tipo utilizar. Usted necesitará equipo de protección personal cuando esté cuidando a personas que se encuentren en aislamiento, así como a otros pacientes.

Después de usar el equipo de protección personal
Quítese y deseche el equipo de protección personal de manera segura para proteger a otros de la exposición a microbios. Antes de salir de su área de trabajo, quítese todo el equipo de protección personal y póngalo en el lugar apropiado. Esto puede incluir:

Recipientes de lavandería especiales que pueden reutilizarse después de limpiarlos.
Recipientes de residuos especiales que son diferentes de otros recipientes de residuos.
Bolsas especialmente marcadas para equipo de protección personal citotóxico.

Después de una exposición a objetos cortopunzantes o líquidos corporales

Estar expuesto a objetos cortopunzantes (agujas) o líquidos corporales significa que la sangre u otro líquido del cuerpo de otra persona toca el suyo. La exposición puede ocurrir después de una punción con aguja o una lesión con objetos cortopunzantes. También puede ocurrir cuando la sangre u otro líquido del cuerpo le toca la piel, los ojos, la boca u otra superficie mucosa.

La exposición puede ponerlo en riesgo de infección.

Qué hacer
Después de haber estado expuesto a una punción de aguja o cortada , lave la zona con agua y jabón. Para una exposición a salpicadura en la nariz, boca o piel, lave con agua. Si dicha exposición se presentó en los ojos, lávelos con agua limpia, solución salida o con un irrigador esterilizado.

Informe de la exposición inmediatamente a su supervisor o a la persona encargada. NO decida por su cuenta si necesita más atención.

Su lugar de trabajo tendrá una política respecto a qué medidas debe tomar después de estar expuesto. Con frecuencia, hay una enfermera u otro profesional de la salud que es experto en lo que se debe hacer. Usted probablemente necesitará pruebas de laboratorio, medicina o una vacuna de inmediato. NO se demore en comentarle a alguien después que haber resultado expuesto.

Usted deberá informar:

Cómo se produjo la punción con la aguja o la exposición al líquido
A qué tipo de aguja o instrumento estuvo expuesto
A qué líquido estuvo expuesto (como sangre, heces, saliva u otro líquido corporal)
Por cuánto tiempo estuvo el líquido en su cuerpo
Cuánto líquido había
Si había sangre del paciente visible en la aguja o instrumento
Si se inyectó algo de sangre o líquido
Si el líquido tocó una zona abierta de la piel
Qué parte del cuerpo resultó expuesta (como la piel, las membranas mucosas, los ojos, la boca o algún otro sitio)
Si el paciente tiene hepatitis, VIH o Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM)
Riesgo de enfermedad
Después de una exposición, hay un riesgo de que usted pueda resultar infectado con microbios. Estos pueden incluir:

Virus de la hepatitis B o C (causa infección hepática)
VIH, el virus que causa el SIDA
Bacterias como el estafilococo
La mayoría de las veces, el riesgo de resultar infectado después de una exposición es bajo, pero es necesario informar inmediatamente de todas las exposiciones. NO espere.

Hepatitis




La hepatitis viral es una inflamación del hígado causada por uno de los cinco virus de la hepatitis, llamados tipo A, B, C, D y E.

La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados. Son formas comunes de transmisión de estos últimos la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasores en que se usa equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre a la criatura en el parto o de un miembro de la familia al niño, así como el contacto sexual.

La infección aguda puede acompañarse de pocos síntomas o de ninguno; también puede producir manifestaciones como la ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

Hepatitis A

La hepatitis A es una infección del hígado sumamente contagiosa causada por el virus de la hepatitis A. Es uno de varios tipos de virus de hepatitis que causa inflamación y afecta al funcionamiento del hígado.

Es probable que contraigas hepatitis A por ingerir alimentos o agua contaminados, o por el contacto directo con personas u objetos infectados. Los casos leves de hepatitis A no necesitan tratamiento. La mayoría de las personas infectadas se recuperan por completo sin daños permanentes en el hígado.

Una de las mejores maneras de protegerse contra la hepatitis A es practicar una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia. Las personas con mayor riesgo pueden aplicarse la vacuna.

Síntomas
Los signos y síntomas de la hepatitis A, generalmente, aparecen después de haber tenido el virus durante algunas semanas. Sin embargo, no todas las personas con hepatitis A los manifiestan. Los signos y síntomas, si los presentas, pueden comprender los siguientes:

Fatiga
Náuseas y vómitos repentinos
Dolor o malestar abdominal, especialmente en la parte superior derecha debajo de las costillas inferiores (en la zona del hígado)
Evacuaciones intestinales de color arcilla
Pérdida de apetito
Poca fiebre
Orina de color oscuro
Dolor articular
Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
Picazón intensa
Estos síntomas pueden ser relativamente leves y desaparecer en pocas semanas. Sin embargo, a veces, la infección por hepatitis A ocasiona una enfermedad grave que dura varios meses.

Hepatitis B

La hepatitis B es una infección hepática grave causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Para algunas personas, la infección de la hepatitis B se vuelve crónica, lo que significa que dura más de seis meses. Tener hepatitis B crónica aumenta el riesgo de contraer insuficiencia hepática, cáncer de hígado o cirrosis, enfermedad que causa cicatrices permanentes en el hígado.

La mayoría de los adultos infectados con hepatitis B se recupera por completo, incluso si los signos y síntomas son graves. Los bebés y niños son más propensos a contraer una infección crónica (duradera) de hepatitis B.

La vacuna puede prevenir la hepatitis B, pero no existe cura si ya padeces la enfermedad. Si estás infectado, tomar ciertas precauciones puede prevenir el contagio del virus a otras personas.

Síntomas
Los signos y síntomas de la hepatitis B pueden oscilar entre leves y graves. Generalmente, aparecen de uno a cuatro meses después de la infección, aunque es posible que los veas apenas dos semanas después de la infección. Es posible que algunas personas, en general, los niños pequeños, no tengan síntomas.

Los signos y síntomas de la hepatitis B son:

Dolor abdominal
Orina oscura
Fiebre
Dolor articular
Pérdida de apetito
Náuseas y vómitos
Debilidad y fatiga
Pigmentación amarilla de la piel y la parte blanca del ojo (ictericia)

Hepatitis C

La hepatitis C es una infección viral que provoca una inflamación del hígado y, en ciertas ocasiones, tiene como consecuencia un daño hepático grave. El virus de la hepatitis C (VHC) se propaga a través de sangre contaminada.

Hasta hace poco tiempo, el tratamiento para la hepatitis C requería inyecciones semanales y medicamentos de administración oral que muchas personas infectadas con el VHC no podían tomar debido a otros problemas de salud o a efectos secundarios inaceptables.

Eso está cambiando. En la actualidad, la hepatitis C crónica generalmente puede curarse con medicamentos de administración oral que se toman todos los días durante un período de dos a seis meses. Aun así, alrededor de la mitad de las personas que tienen VHC no saben que están infectadas, principalmente, porque no tienen síntomas; estos últimos pueden tardar décadas en aparecer. Por ese motivo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. (U.S. Centers for Disease Control and Prevention) recomiendan un análisis de sangre para detección por única vez para todos los que presenten un mayor riesgo de padecer la infección. El grupo de riesgo más grande comprende a todos quienes nacieron entre los años 1945 y 1965; los que pertenecen a esta población tienen una probabilidad cinco veces mayor de estar infectados que aquellos que nacieron en otros años.

Síntomas
La infección a largo plazo por el virus de la hepatitis C (VHC) se conoce como hepatitis C crónica. La hepatitis C crónica generalmente es una infección «silenciosa» durante varios años, hasta que el virus daña el hígado lo suficiente como para provocar los signos y síntomas de la enfermedad hepática. Algunos de los signos y síntomas son los siguientes:

Sangrado con facilidad
Hematomas con facilidad
Fatiga
Poco apetito
Coloración amarillenta en la piel y los ojos (ictericia)
Orina de color oscuro
Picazón en la piel
Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis)
Hinchazón en las piernas
Pérdida de peso
Desorientación, somnolencia y balbuceo (encefalopatía hepática)
Vasos sanguíneos en la piel similares a las arañas (angiomas aracniformes)
Cada infección por hepatitis C crónica comienza con una fase aguda. La hepatitis C aguda generalmente no se diagnostica porque pocas veces provoca síntomas. Cuando los signos y síntomas se manifiestan, pueden incluir ictericia junto con fatiga, náuseas, fiebre y dolores musculares. Los síntomas agudos aparecen de un mes a tres meses después de la exposición al virus y duran de dos semanas a tres meses.

La infección aguda por hepatitis C no siempre se hace crónica. Algunas personas eliminan el VHC de sus cuerpos después de la fase aguda, un resultado conocido como eliminación espontánea del virus. En estudios de personas con diagnóstico de VHC agudo, los índices de la eliminación espontánea del virus variaron del 14 al 50 por ciento. La hepatitis C aguda también responde favorablemente a la terapia antiviral.

Hepatitis tóxica




La hepatitis tóxica es una inflamación del hígado debido a una reacción a determinadas sustancias a las que estás expuesto. La hepatitis tóxica puede ser provocada por el alcohol, las sustancias químicas, los medicamentos o los suplementos nutricionales.

En algunos casos, la hepatitis tóxica aparece a las pocas horas o días después de la exposición a una toxina. En otros casos, podría tomar meses de uso regular antes de que aparezcan signos y síntomas.

Los síntomas de la hepatitis tóxica generalmente desaparecen una vez que dejas de exponerte a la toxina. Sin embargo, la hepatitis tóxica puede provocar un daño permanente en el hígado y la formación irreversible de tejido cicatricial en ese órgano (cirrosis) y, en algunos casos, provocar insuficiencia hepática, la cual podría poner en riesgo tu vida.

Síntomas
En los casos leves de hepatitis tóxica, la enfermedad puede no causar síntomas y ser detectada solo mediante análisis de sangre. Cuando se manifiestan, los signos y síntomas de la hepatitis tóxica pueden incluir los siguientes:

Coloración amarilla de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia)
Picazón
Dolor en la parte superior derecha del abdomen
Fatiga
Pérdida de apetito
Náuseas y vómitos
Erupción cutánea
Pérdida de peso
Orina de color oscuro o color té

VIH

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida o SIDA es una afección crónica, que puede poner en riesgo la vida, provocada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Al dañar el sistema inmunitario, el VIH interfiere en la capacidad que tiene el cuerpo de combatir los organismos que provocan enfermedades.

El VIH es una infección de transmisión sexual. También puede transmitirse por el contacto con sangre infectada o de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia materna. Sin medicación, pueden pasar años hasta que el VIH debilite el sistema inmunitario al punto de evolucionar al SIDA.

El VIH o SIDA no tiene cura, pero hay medicamentos que pueden disminuir el avance de la enfermedad de manera significativa. Esos medicamentos redujeron la cantidad de muertes por SIDA en muchos países desarrollados.

Síntomas
Los síntomas del VIH y del SIDA varían, según la etapa de la infección.

Infección primaria (VIH agudo)
La mayoría de las personas infectadas por el VIH presentan una enfermedad parecida a la influenza dentro del primer o segundo mes después de que el virus ingresó al cuerpo. La enfermedad, conocida como «infección primaria o aguda por el VIH», puede durar algunas semanas. Los siguientes son algunos de los posibles signos y síntomas:

Fiebre
Dolor de cabeza
Dolor muscular y articular
Erupción cutánea
Dolor de garganta y llagas dolorosas en la boca
Ganglios linfáticos inflamados, principalmente, en el cuello
Estos síntomas pueden ser tan leves que quizás no los notes. Sin embargo, la cantidad de virus en el torrente sanguíneo (carga viral) es bastante alta en esta etapa. En consecuencia, la infección se contagia con mayor facilidad durante la infección primaria que durante la etapa siguiente.

Infección clínica latente (VIH crónico)
En algunas personas, la inflamación persistente de los ganglios linfáticos ocurre en esta etapa. Salvo esos casos, no hay signos y síntomas específicos. El VIH permanece en el cuerpo y en los glóbulos blancos infectados.

Por lo general, la etapa de infección por VIH dura alrededor de 10 años si no recibes tratamiento antirretrovírico. Sin embargo, a veces, incluso con este tratamiento, dura décadas. Algunas personas padecen una etapa más grave de la enfermedad mucho antes.

Infección por el VIH sintomática
A medida que el virus continúa multiplicándose y destruyendo células inmunitarias (las células del cuerpo que ayudan a combatir los gérmenes), puedes manifestar infecciones leves o signos y síntomas crónicos, como los siguientes:

Fiebre
Fatiga
Ganglios linfáticos inflamados —a menudo, uno de los primeros signos de la infección por el VIH—
Diarrea
Adelgazamiento
Candidosis oral (candidiasis)
Herpes (herpes zóster)
Evolución al sida
Hoy en día, gracias a tratamientos antivirales más eficaces, la mayoría de las personas con VIH en los Estados Unidos no tienen sida. Por lo general, si no se trata, el VIH se convierte en sida en aproximadamente 10 años.

Para cuando se presenta el sida, el sistema inmunitario ya está muy dañado. Es posible que te vuelvas más propenso a contraer infecciones o tipos de cáncer oportunistas, es decir, enfermedades que, por lo general, no afectarían a una persona con un sistema inmunitario saludable.

Los siguientes pueden ser los signos y síntomas de algunas de estas infecciones:

Sudoraciones nocturnas con empapamiento
Fiebre recurrente
Diarrea crónica
Manchas blancas persistentes o lesiones inusuales en la lengua o la boca
Fatiga persistente, sin causa aparente
Adelgazamiento
Erupciones cutáneas o bultos

Meningitis




La meningitis es una inflamación de las membranas (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal.

En general, la inflamación de la meningitis provoca síntomas como dolor de cabeza, fiebre y rigidez del cuello.

La mayoría de los casos de meningitis en los Estados Unidos son producto de una infección viral, pero otras causas son las infecciones bacterianas, parasitarias y micóticas. En algunos casos, la meningitis mejora sin tratamiento en algunas semanas. En otros, la enfermedad puede poner en riesgo la vida y requiere tratamiento de emergencia con antibióticos.

Busca atención médica inmediata si sospechas que alguien tiene meningitis. Mediante el tratamiento temprano de la meningitis se pueden evitar complicaciones graves.

Síntomas
Los síntomas iniciales de la meningitis pueden ser similares a la gripe (influenza). Los síntomas pueden manifestarse durante varias horas o durante unos días.

Los signos y síntomas posibles en cualquier persona mayor de 2 años comprenden:

Fiebre alta repentina
Rigidez en el cuello
Dolor de cabeza intenso que parece diferente a lo normal
Dolor de cabeza con náuseas o vómitos
Confusión o dificultad para concentrarse
Convulsiones
Somnolencia o dificultad para caminar
Sensibilidad a la luz
Falta de apetito o sed
Erupción cutánea (a veces, como en la meningitis meningocócica)
Signos en los recién nacidos
Los recién nacidos y los bebés pueden mostrar estos signos:

Fiebre alta
Llanto constante
Somnolencia o irritabilidad excesivas
Inactividad o pereza
Alimentación deficiente
Una protuberancia en el punto blando (fontanela) en la parte superior de la cabeza del bebé
Rigidez en el cuerpo y cuello del bebé
Puede ser difícil consolar a los bebés con meningitis e incluso pueden llorar más cuando se los carga.

SDRA

El síndrome de dificultad respiratoria aguda ocurre cuando se acumula líquido en los sacos de aire elásticos y diminutos (alvéolos) de los pulmones. El líquido impide que los pulmones se llenen con suficiente aire, por lo tanto, llega menos oxígeno al torrente sanguíneo. Esto priva a los órganos del oxígeno que necesitan para funcionar.

Normalmente, el síndrome de dificultad respiratoria aguda ocurre en personas que ya están gravemente enfermas o que tienen lesiones importantes. Una grave dificultad para respirar —que es el síntoma principal del síndrome de dificultad respiratoria aguda— suele aparecer entre unas horas y unos días después de la lesión o infección desencadenantes.

Muchas de las personas que padecen el síndrome de dificultad respiratoria aguda no sobreviven. El riesgo de muerte aumenta con la edad y la gravedad de la enfermedad. De las personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda que sobreviven, algunas se recuperan por completo mientras que otras presentan daños duraderos en los pulmones.

Síntomas
Los signos y síntomas del síndrome de dificultad respiratoria aguda pueden variar en intensidad, según la causa, la gravedad y si existe alguna enfermedad cardíaca o pulmonar de fondo. Algunos de ellos son:

Dificultad para respirar grave
Respiración dificultosa e inusualmente acelerada
Presión arterial baja
Confusión y cansancio extremo

Tuberculosis

Tuberculosis (TB) es una infección potencialmente seria que afecta principalmente los pulmones. La bacteria que causa tuberculosis se propaga de una persona a otra a través de diminutas gotas liberadas al aire vía tos y estornudos.

Alguna vez rara en países desarrollados, las infecciones de tuberculosis empezaron a incrementarse en 1985, en una parte debido a la aparición del VIH, el que causa SIDA. El CIH debilita el sistema inmune de una persona de manera que no puede pelear contra los gérmenes de TB. En los Estados Unidos, debido a fuertes programas de control, la tuberculosis comenzó a ir en decremento nuevamente en 1993, pero sigue siendo una preocupación.

Muchas cepsa de tuberculosis resisten las drogas mas utilizadas para tratar la enfermedad. Gente con tuberculosis activa debe tomar varios tipos de medicamentos por varios meses para erradicar a infección y prevenir el desarrollo de resistencia a los antibióticos.

Síntomas
Si bien tu cuerpo puede hospedar la bacteria que causa la tuberculosis (TB), tu sistema inmunitario generalmente evita que te enfermes. Por esta razón, los médicos distinguen entre:

La tuberculosis latente. Cuando tienes esta afección, estás infectado de tuberculosis, pero la bacteria permanece en tu organismo en estado inactivo y no presentas síntomas. La tuberculosis latente, también llamada tuberculosis inactiva o infección con tuberculosis, no es contagiosa. Se puede convertir en tuberculosis activa, por lo que el tratamiento es importante para la persona con tuberculosis latente y para ayudar a evitar el contagio. Aproximadamente 2 mil millones de personas tienen tuberculosis latente.
La tuberculosis activa. Esta afección te enferma y, en la mayoría de los casos, es contagiosa. Puede ocurrir en las primeras semanas después de la infección con la bacteria de la tuberculosis, o puede ocurrir años después.
Los signos y síntomas de la tuberculosis activa incluyen:

Tos que dura tres semanas o más
Tos con sangre
Dolor en el pecho o dolor al respirar o toser
Pérdida de peso involuntaria
Fatiga
Fiebre
Sudoraciones nocturnas
Escalofríos
Pérdida de apetito
La tuberculosis también puede afectar otras partes del cuerpo, incluidos los riñones, la columna vertebral o el cerebro. Cuando la tuberculosis se produce fuera de los pulmones, los signos y síntomas varían según los órganos involucrados. Por ejemplo, la tuberculosis de la columna vertebral puede provocar dolor de espalda y la tuberculosis en los riñones puede causar presencia de sangre en la orina.

Influenza

La influenza aviar es causada por un tipo del virus de la influenza que casi nunca infecta a los humanos. Se han identificado más de doce tipos de influenza aviar, entre ellos, las dos cepas que han infectado más recientemente a los seres humanos: H5N1 y H7N9. Cuando la influenza aviar se contagia a los humanos, puede ser mortal.

Han ocurrido brotes de influenza aviar en Asia, África, América del Norte y partes de Europa. La mayoría de las personas que manifestaron síntomas de influenza aviar habían estado en contacto cercano con aves enfermas. En unos pocos casos, la influenza aviar se contagió entre personas. Se han informado solo casos esporádicos en seres humanos desde 2015.

Las autoridades de salud pública temen que pueda ocurrir un brote mundial si un virus de la influenza aviar muta a una forma que se transmita con mayor facilidad entre personas. Los investigadores están trabajando en vacunas para proteger a las personas de la influenza aviar.

Síntomas
Los signos y síntomas de la influenza aviar pueden comenzar en un plazo de dos a siete días desde la infección, según el tipo. En la mayoría de los casos, los síntomas se asemejan a los de la influenza convencional, como los siguientes:

Tos
Fiebre
Dolor de garganta
Dolores musculares
Dolor de cabeza
Falta de aire
Algunas personas también tienen náuseas, vómitos o diarrea. Además, en algunos casos, una infección leve en el ojo (conjuntivitis) es el único indicio de la enfermedad.

Cuándo consultar al médico
Consulta al médico de inmediato si tienes fiebre, tos y dolor corporal, y si viajaste recientemente a alguna parte del mundo donde hay casos de influenza aviar. Si visitaste alguna granja o mercado al aire libre, asegúrate de que el médico lo sepa.

Gracias.

Emergencias Ambientales


Emergencias Ambientales

Mecanismos de pérdida de calor corporal
Si el ambiente es demasiado frío, el calor corporal puede perderse con mayor rapidez que con el que
se genera. El organismo trata de ajustar estas diferencias de temperatura al reducir la sudoración y la
circulación hacia la piel, cerrando las vías por las cuales el organismo se libera casi siempre del calor
excesivo. La actividad muscular de estremecimiento y la frecuencia con la cual el combustible (alimento) se consume en el organismo se incrementan para generar más calor. Sin embargo, en cierto momento no se produce calor suficiente para todas las partes del organismo. Esto puede traer consigo daño en los tejidos expuestos y una limitación general o suspensión de las funciones corporales. 

• Conducción: La transferencia de calor de un material a otro por medio del contacto directo se
denomina conducción. El calor fluye del material más caliente al más frío. Si bien la transferencia
directa de calor corporal hacia el aire frío es problemática, el enfriamiento con agua es incluso más 
grave debido a que esta última conduce el calor del organismo 25 veces más rápido que el aire
estático. Los pacientes cuyo cuerpo o ropa se encuentran mojados son en particular susceptibles al
enfriamiento por agua en los ambientes fríos. La pérdida de calor mediante conducción puede ser
un problema importante cuando una persona está recostada sobre un piso frío o alguna otra superfi cie fría. Sin embargo, un paciente que se encuentra de pie o camina en un ambiente frío pierde
menos calor que la persona recostada sobre el suelo frío
• Convección: Cuando las corrientes de aire o agua pasan sobre el organismo y se llevan consigo el
calor se verifi ca la convección. Los efectos de un ambiente frío se intensifi can cuando el agua o el
aire en movimiento circundan al organismo. El enfriamiento por aire es un problema frecuente.
Cuanto mayor sea la velocidad del viento, mayor es la pérdida de calor. Por ejemplo, si la temperatura es de -12 °C y no existe viento, el organismo pierde calor, pero si el viento corre a 32 km/h,
la cantidad de calor que pierde el organismo es mucho mayor
• Radiación: En la conducción y la convección el calor es “captado” por el aire o el agua circundantes
(estáticos o en movimiento). En la radiación, los átomos y las moléculas del organismo propagan
ondas de calor al tiempo que se mueven y cambian. Si una persona se encontrara en el vacío del
espacio exterior sin aire o agua circundantes para captar el calor, seguiría perdiendo calor por radiación hacia el espacio. La mayor parte de la pérdida de calor por radiación ocurre a partir de la
cabeza y el cuello de la persona
• Evaporación: La evaporación se presenta cuando el organismo suda o se humedece. A medida que
el sudor o el agua de la piel o la ropa se evaporan, el organismo experimenta un efecto de enfriamiento generalizado
• Respiración: La respiración induce pérdida de calor a partir del organismo como consecuencia de
la exhalación de aire caliente y se inhala aire más frío. El grado de pérdida de calor depende de la
temperatura del aire exterior, así como de la frecuencia y la profundidad de la respiración.

Hipotermia generalizada
Cuando el enfriamiento afecta a todo el organismo se desarrolla un problema conocido como hipotermia, o enfriamiento generalizado. La exposición al frío reduce el calor corporal. Al pasar el tiempo, el organismo es incapaz de mantener una temperatura central (interna) apropiada. Si se permite que este enfriamiento continúe, la hipotermia conduce a la muerte. Las fases de la hipotermia se describen en el cuadro. Si bien se mencionan temperaturas específicas en relación con signos y síntomas particulares, existe cierto grado de variación de la temperatura a la cual se desarrollan estos sucesos. La secuencia de signos y síntomas coincide casi siempre con la que se señala en el cuadro.

Factores predisponentes
Los pacientes con lesiones, enfermedad crónica o ciertas condiciones sufren los efectos del frío con
mucha mayor rapidez que las personas saludables. Entre estas afecciones figura el estado de choque
(hipoperfusión), las quemaduras, las lesiones en cabeza y médula espinal, la infección generalizada, y la diabetes con hipoglucemia. Los pacientes bajo la influencia del alcohol u otras drogas también tienden a afectarse con más rapidez y en mayor grado que otros. El paciente inconsciente que está acostado sobre el piso frío o alguna otra superficie fría es en particular sensible a la pérdida rápida de calor por conducción, y tiende a desarrollar problemas más graves relacionados con el frío respecto de aquel que está consciente y puede caminar.

Exposición evidente y sutil
En algunas ocasiones resulta evidente que un paciente se expuso al frío y que quizá sufra hipotermia.
A pesar de esto, en otros pacientes la exposición es sutil, esto es, no es tan obvia y no se sospecha de
forma inicial. Considérese, por ejemplo, al paciente anciano que cae durante la noche y no es descubierto sino hasta la mañana. Una fractura de cadera o algunas otras lesiones pueden exigir la
atención del TUM, pero la persona ha permanecido sobre el piso frío toda la noche y quizá también sufra hipotermia. El paciente atrapado en un vehículo chocado quizá sufra distintas lesiones, pero si el ambiente es frío y la extracción del vehículo toma algún tiempo, el paciente también puede desarrollar hipotermia con facilidad.

Debe considerarse la posibilidad de que exista hipotermia en las situaciones siguientes, en las
cuales otras condiciones o lesiones pueden ser más evidentes:
• Ingestión de alcohol (etanol). ¿Quedó inconsciente el paciente intoxicado sobre un piso frío
o ha estado deambulando en exteriores en un clima fresco o frío?
• Enfermedad subyacente. ¿Padece el paciente un trastorno circulatorio o alguna otra afección
que lo haga en particular susceptible al frío?
• Sobredosificación o envenenamiento. ¿Ha estado el paciente recostado en una cochera o en
un piso frío? ¿Está sudando con intensidad en un ambiente frío, de tal modo que la evaporación produce pérdida excesiva de calor?
• Traumatismo mayor. ¿Ha estado el paciente acostado en el suelo o atrapado por un accidente
en el clima frío? ¿Impide el estado de choque (hipoperfusión o circulación sanguínea inadecuada) que las estructuras del organismo se calienten por medio de la sangre circulante?
• Reanimación en exteriores. ¿Se está enfriando demasiado el paciente? Si se trata de un paciente que sufrió ahogamiento y se ha mantenido en el agua, ¿causó hipotermia la exposición al
agua fría?
• Disminución de la temperatura ambiental (p. ej., temperatura en una habitación). ¿Habita el
paciente una casa o un departamento demasiado frío?

Recuérdese que el paciente lesionado es más susceptible a los efectos del frío que una persona
saludable. Hay que proteger al paciente que se encuentra atrapado o que por cualquier otra causa deba permanecer en un ambiente fresco o frío durante algún periodo. La acción más importante es prevenir la pérdida de calor corporal adicional. Puede no ser práctico o posible cambiar la ropa mojada, pero por lo menos puede conformarse una barrera contra el frío utilizando sábanas, una manta para salvamento, una sábana aluminizada, una manta de sobrevivencia o incluso prendas de vestir. Una bolsa de plástico para basura puede servir de protección contra el viento y el agua. Debe considerarse que el área con mayor pérdida de calor puede ser la cabeza, de tal modo que debe cubrirse de algún modo la cabeza del paciente.

Cuando las lesiones del paciente lo permitan, se coloca una sábana entre su cuerpo y el piso frío, o entre la persona y la estructura dañada en que se encuentra atrapada. Hay que rotar las sábanas calientes entre la ambulancia con calefacción y el paciente. Si el paciente permanecerá atrapado durante algún tiempo, deben taparse los orificios en la estructura dañada con sábanas.

Hipotermia

Considérese el efecto de los factores siguientes durante la valoración: temperatura del aire, enfriamiento por aire, agua o ambos; edad, ropa y estado de salud del paciente, incluidas afecciones subyacentes y
lesiones; actividad de la persona durante la exposición, y posible consumo de alcohol o drogas.

El listado siguiente muestra los signos y síntomas frecuentes de la hipotermia. Obsérvese que el deterioro del estado mental y la función motora se correlaciona con el grado de hipotermia:

• Estremecimiento en las fases tempranas, cuando la temperatura corporal central es superior a
32.2°C. En los casos graves, el estremecimiento disminuye o desaparece
• Adormecimiento, o disminución o pérdida de la sensibilidad al tacto
• Postura rígida en exposición prolongada
• Somnolencia, falta de disposición o incapacidad para realizar las actividades más simples. En la
exposición prolongada, el paciente puede mostrarse irracional, caer en un estado estuporoso o en
realidad despojarse de la ropa
• Respiración y pulso rápidos en las fases tempranas, y respiración y pulso lentos o ausentes en la
exposición prolongada. (El pulso y la respiración lentos del paciente pueden hacer necesario invertir por lo menos 30 a 45 seg para valorarlos.) La presión arterial puede ser baja o indetectable
• Pérdida de la coordinación motora, como equilibrio defi ciente, marcha tambaleante o incapacidad
para sostener las cosas
• Rigidez articular o muscular
• Disminución del nivel de conciencia o inconsciencia. En casos extremos, el paciente tiene una
“mirada vidriosa”
• Temperatura baja en la piel abdominal. (Hay que colocar la mano por dentro de la ropa, con el
dorso contra el abdomen.)
• La piel puede parecer eritematosa en las fases tempranas. En los casos avanzados, la piel se observa
pálida o cianótica. En los casos más extremos algunas regiones del organismo se encuentran rígidas
e induradas (congeladas)

Durante la evaluación primaria es necesario verifi car en el paciente consciente su orientación en persona, lugar y tiempo. (¿Puede decirle su nombre? ¿Sabe dónde está? ¿Sabe qué día es?) Debe llevarse a cabo una evaluación secundaria para facilitar el cálculo del grado de hipotermia. Se asume que hay hipotermia grave si no existe temblor.

Recalentamiento pasivo y activo

El recalentamiento pasivo permite al organismo recuperar el calor por sí mismo. Implica el simple hecho de cubrir al paciente y tomar otras medidas, como el retiro de la ropa mojada, con el objetivo de prevenir una mayor pérdida de calor. Estas acciones hacen posible que el cuerpo recupere su calor de manera natural. El recalentamiento activo incluye la aplicación de alguna fuente de calor externa sobre el organismo. Todos los sistemas de servicios médicos de urgencia (SMU) posibilitan el recalentamiento pasivo. Si bien algunos permiten el recalentamiento activo de un paciente con hipotermia en estado de alerta y que responde de manera apropiada, muchos no lo hacen. Hay que seguir los protocolos locales. El recalentamiento activo puede resultar un procedimiento peligroso si la condición del paciente es más grave de lo sospechado. Si se permite al TUM recalentar a un paciente con hipotermia que se encuentra alerta y responde de manera apropiada, no debe postergarse el traslado. Hay que recalentar al paciente en el camino. Los pasos para la atención de urgencia que se muestran a continuación asumen un protocolo que permite el recalentamiento activo del paciente que se encuentra alerta y responde de manera apropiada a la intervención. Deben seguirse los protocolos locales.

Paciente hipotérmico sin respuesta o con respuesta inapropiada
Un paciente que carece de respuesta o responde de manera inapropiada sufre hipotermia grave. En este
caso debe recurrirse al recalentamiento pasivo. No debe tratarse de recalentar por medios activos al
paciente con hipotermia grave. Debe retirárselo del ambiente y protegerlo de una pérdida adicional de
calor. El recalentamiento activo puede hacer que la persona desarrolle fi brilación ventricular y otras 
complicaciones. El recalentamiento activo puede iniciarse tras la llegada al servicio de urgencias en un ambiente con una mayor vigilancia. 

Hipotermia extrema
En los casos de hipotermia extrema, se identifi ca a una persona inconsciente sin signos vitales cuantificables. La frecuencia cardiaca puede decrecer hasta menos de 10 lpm y el paciente se siente muy frío al tacto (su temperatura central puede ser inferior a 27 °C). Aun así, ¡es posible que un paciente en esta condición esté vivo! Se proporciona atención de urgencia de la manera siguiente:

• Valorar el pulso carotídeo durante 30 a 45 seg. Si no existe pulso, iniciar de inmediato la reanimación cardiopulmonar (RCP) y prepararse para colocar el desfi brilador automático externo (DAE)
• Si existe pulso, seguir los pasos de atención para el paciente sin respuesta o que no responde de
manera apropiada, señalados antes

Puesto que el paciente con hipotermia puede no sufrir muerte biológica durante más de 30 min, el
personal hospitalario no decreta la muerte sino hasta que logra el recalentamiento y se aplican  medidas de reanimación. Esto implica que no puede asumirse que un paciente con hipotermia grave está muerto con base en la temperatura corporal o la imposibilidad de cuantificar los signos vitales. Como lo asegura el personal médico, “¡Nadie está muerto hasta que no esté tibio y muerto!”.



Lesiones localizadas por frío
Las urgencias relacionadas con el frío también pueden derivar del enfriamiento local. Las lesiones por enfriamiento local, que afectan a regiones específicas del organismo, se clasifican como tempranas o superficiales, y tardías o profundas.

El enfriamiento local afecta las más de las veces a pabellones auriculares, nariz, cara, manos y pies
(incluidos los dedos). Cuando una región del organismo se expone al frío intenso, el fl ujo sanguíneo
hacia esa zona se limita ante la constricción de los vasos sanguíneos. Cuando esto ocurre, el tejido se
congela. Pueden formarse cristales de hielo dentro de la piel y, en los casos más graves, desarrollarse
gangrena (muerte tisular localizada), que al final puede dar origen a la pérdida de la parte corporal.
Mientras se da lectura a las páginas siguientes, debe observarse el modo en que evolucionan los
signos y los síntomas de las lesiones tempranas o superficiales por frío. En primer lugar, en los pacientes con piel de tono claro la piel expuesta se enrojece. En las personas de piel oscura, la coloración cutánea pierde intensidad y palidece. A medida que la exposición continúa, la piel adquiere una tonalidad moteada grisácea o blanquecina. La piel expuesta experimenta adormecimiento por la disminución de la circulación. Si el proceso de congelamiento continúa, se pierde toda la sensibilidad y la piel adquiere una palidez mortecina.

Lesión local temprana o supercial por frío
Las lesiones locales por frío tempranas o superficiales (en inglés, frostnip) son efecto del contacto
directo con un objeto frío o la exposición al aire frío. El enfriamiento por aire y agua también puede ser factor importante. En esta afección, el daño tisular es menor y la respuesta a los cuidados es
buena. La punta de la nariz o los pabellones auriculares, la región de los pómulos y los dedos de las
manos (todas las zonas que suelen mantenerse expuestas) son las más susceptibles a las lesiones
localizadas tempranas o superficiales por frío. La lesión, como su nombre lo señala, se encuentra
localizada y está bien delimitada. Los pacientes no están a menudo conscientes del establecimiento
de una lesión localizada temprana por frío, hasta que alguien hace referencia a que existe algo inusual acerca del color de la piel de la persona. El listado siguiente muestra los signos y los síntomas
más frecuentes:

• La zona afectada en los pacientes con piel clara muestra eritema; en pacientes con piel oscura se
observa aclaramiento. En los dos casos, sigue el desarrollo de palidez. Una vez que se presenta esta
última, el cambio de color puede ocurrir con mucha rapidez
• El paciente percibe adormecida la zona afectada

Lesión local tardía o profunda por frío
La lesión local tardía o profunda por frío (en inglés, frostbite) se presenta si una lesión local por frío
temprana o superficial no recibe tratamiento. En la lesión local por frío tardía o profunda, la piel y tejido celular subcutáneo del organismo se ven afectadas. Músculos, huesos, vasos sanguíneos profundos y cubiertas fibrosas de los órganos pueden congelarse. El listado siguiente muestra los signos y los síntomas frecuentes de este trastorno:

• La piel afectada tiene aspecto blanquecino y ceroso. Cuando el trastorno evoluciona al congelamiento real, la piel adquiere un tono moteado o marmóreo, adquiere una coloración blanquecina, amarilla grisácea y al final azul grisácea. También puede presentarse aumento de volumen y formación de vesículas
• La zona afectada se percibe congelada, pero sólo en la superficie. El tejido profundo se mantiene
blando y tiene una elasticidad normal. Con el congelamiento, los tejidos carecen de elasticidad y
parecen congelados al tacto



Efectos del calor sobre el organismo
El organismo produce calor como resultado de sus procesos químicos internos constantes. Cierta
proporción de este calor es necesaria para mantener una temperatura corporal normal. El calor que
no se requiere para el mantenimiento de la temperatura debe eliminarse del organismo. Si no se
elimina, la consecuencia es la hipertermia, una temperatura corporal anormalmente alta. Si no se
resuelve, conduce a la muerte. El calor y la humedad se relacionan a menudo con la hipertermia.
Como se mencionó con anterioridad, el calor se pierde a través de los pulmones o la piel.

Entre los mecanismos de pérdida de calor se encuentran la conducción, la convección, la radiación, la evaporación y la respiración. Debe considerarse lo que le puede ocurrir al organismo en
un ambiente caliente. El aire que se inhala está caliente, quizá incluso más que el que se exhala.
La piel puede captar más calor que el que pierde. Cuando se agrega una humedad elevada, el
ritmo con que se evapora el sudor disminuye. Más complicado aún, hay que imaginar todo esto
en un ambiente que carece de aire circulante o brisa, que incrementaría la convección y la pérdida de calor por evaporación.
Puesto que la pérdida de calor por evaporación decrece en un ambiente húmedo, el calor
húmedo puede precipitar cambios corporales notables en poco tiempo. El calor húmedo suele
producir con más rapidez cansancio en las personas y a menudo ello les impide sufrir daño por
ejercitarse en exceso. Por el contrario, el calor seco engaña con frecuencia a las personas. Continúan su trabajo o permanecen expuestas al exceso de calor más de lo que su cuerpo puede tolerar.
En las urgencias por calor se aplican las mismas reglas de atención que en cualquier otra
urgencia. Es necesario aplicar los pasos apropiados de valoración, mientras se buscan otros problemas además de los relacionados con el calor. Un desmayo por agotamiento por calor, por
ejemplo, puede causar fracturas óseas. Alteraciones preexistentes, como deshidratación, diabetes,
fiebre, fatiga, presión arterial alta, cardiopatía, problemas pulmonares u obesidad, pueden acelerar o intensificar los efectos de la exposición al calor, al igual que el consumo de alcohol y otras
drogas.
Deben de tomarse en cuenta la edad, enfermedades y lesiones previas. Los ancianos pueden
presentar termorregulación defi ciente, consumir fármacos y carecer de movilidad. Los neonatos y
lactantes también pueden tener una termorregulación defi ciente. Siempre debe considerarse que
el problema es más grave si el paciente es un niño o anciano lesionado o que padece una enfermedad crónica.

Paciente con piel húmeda y pálida, y temperatura normal o fría
La exposición prolongada al calor excesivo puede ocasionar una urgencia en la que el paciente presenta piel húmeda y pálida, con temperatura normal o fría a la palpación, una alteración que se denomina agotamiento por calor. El paciente muestra sudoración intensa y a menudo consume grandes volúmenes de agua. Al tiempo que la sudoración persiste, el organismo pierde sales, lo que precipita calambres dolorosos (en ocasiones llamados calambres por calor). Una persona que se ejercita en forma activa puede perder más de 1 L de líquido de sudor por hora.
Los pacientes sanos que se exponen a un calor excesivo mientras trabajan o se ejercitan pueden
experimentar un tipo de choque inducido por la pérdida de líquidos y sales. Esta condición se identifica a menudo en bomberos, trabajadores de la construcción, empleados de muelles, y aquellos que laboran en bodegas mal ventiladas. Es un problema particular durante las ondas cálidas prolongadas del inicio del verano, antes de que la gente se aclimate al calor veraniego.

Los siguientes son signos y síntomas comunes en un paciente con urgencia por calor con piel húmeda
y pálida, con temperatura normal o fría:

• Calambres, por lo general en piernas y abdomen
• Debilidad o agotamiento, y en ocasiones mareo o periodos de desmayo
• Respiración rápida y superficial
• Pulso débil
• Sudoración profusa
• Puede existir pérdida del estado de conciencia, si bien casi siempre es breve.





Ahogamiento
En 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó una definición de ahogamiento que
difiere de la tradicional. De acuerdo con la OMS, “ahogamiento se define como el proceso de sufrir
dificultades respiratorias por sumersión/inmersión en un líquido, con resultados que se clasifican en:
muerte, morbilidad y falta de morbilidad”. Morbilidad significa que el paciente experimenta alguna
enfermedad o algún otro efecto adverso, como inconsciencia o neumonía. La American Heart Association también adoptó esta definición de ahogamiento. La definición de la OMS no describe el casi ahogamiento. Por ende, el término casi ahogamiento ya no se utiliza.El proceso de ahogarse comienza mientras una persona lucha por mantenerse flotando en el agua. Toma grandes bocanadas de aire y al mismo tiempo manotea para salir. Cuando ya no puede mantenerse a fl ote y comienza a sumergirse, trata de hacer una inspiración profunda y sostenerla.

En tanto lo hace, el agua puede ingresar a la vía aérea. Se presentan accesos de tos y degluciones, y
el paciente de manera involuntaria inhala y deglute más agua. A medida que el agua fluye sobre la
epiglotis, precipita un espasmo reflejo de la laringe. Este espasmo sella la vía aérea de modo tan
efectivo que sólo un volumen escaso de agua ingresa a los pulmones. Pronto, la hipoxia (deficiencia
de oxígeno) induce pérdida del estado de conciencia.

Alrededor de 10% de las personas que mueren por ahogamiento lo hace tan sólo por falta de aire.
En el resto de los casos, el paciente hace de manera característica un esfuerzo respiratorio final y aspira agua hacia los pulmones, o bien el espasmo cede al establecerse la inconsciencia y el agua fluye con libertad hacia los pulmones. Algunos pacientes que se ahogan en agua fría pueden reanimarse después de 30 min o más en paro cardiaco. Una vez que la temperatura del agua desciende por debajo de 21.1°C, la muerte biológica puede retardarse. Cuanto más fría esté el agua, mayores son las probabilidades de sobrevivencia del paciente, a menos que la hipotermia generalizada produzca complicaciones letales.

En todos los incidentes relacionados con el agua, debe asumirse que el paciente inconsciente tiene lesiones en la columna vertebral. Si el paciente es rescatado por otros mientras el TUM espera en la orilla, o si el paciente se encuentra fuera del agua en el momento de la llegada del TUM, es necesario lo siguiente:

1. Llevar a cabo una evaluación primaria, al tiempo que se protege la columna en el grado de lo
posible
2. Aplicar ventilación de salvamento. Si no existe pulso, se inicia la RCP y se prepara para la aplicación del DEA (Desfibrilador externo automático). Debe protegerse mediante el uso de una
mascarilla facial con una válvula unidireccional o un dispositivo bolsa-válvula-mascarilla
3. Buscar la hemorragia profusa y controlarla. Puesto que la frecuencia cardiaca del paciente puede estar disminuida, se cuantifica el pulso durante 60 seg en cualquier situación de rescate en
agua fría antes de concluir que se encuentra en paro cardíaco
4. Proporcionar atención por choque (como se describe en el capítulo “Hemorragia y choque”),
administrar oxígeno en concentración alta y trasladar a la persona tan pronto como sea posible.
5. Continuar las medidas de reanimación durante el traslado. Puede requerirse aspiración inicial y
periódica



Accidentes por buceo con equipo SCUBA
Los accidentes en buzos que utilizan equipo SCUBA (self-cointained underwater breathing apparatus) se han incrementado ante la popularidad del deporte, en particular porque muchas personas sin entrenamiento y experiencia tratan de bucear. En la actualidad, más de dos millones de personas practican el buceo con equipo scuba como deporte o por sus empleos industriales o militares. A esto se añade el gran número de pacientes que decide “probarlo una vez”, sin los beneficios de las lecciones o la supervisión. Los buzos bien entrenados rara vez tienen problemas. Sin embargo, aquéllos con entrenamientoinadecuado se hallan en un gran riesgo. Los accidentes por buceo con scuba incluyen todo tipo de lesiones corporales y ahogamientos. En muchos casos, el accidente es resultado de problemas médicos que anteceden al buceo. Existen dos problemas especiales que se identifi can en los accidentes por buceo con equipo scuba: los émbolos gaseosos en la sangre y la enfermedad por descompresión. La enfermedad por descompresión se debe casi siempre a que un buzo emerge con demasiada rapidez tras una inmersión profunda y prolongada. El ascenso rápido hace que el gas nitrógeno salga de su estado de solución y forme burbujas, quedando atrapado en los tejidos corporales y el torrente sanguíneo. Estas burbujas según el sitio en el que se formen pueden dar manifestaciones locales o del sistema nervioso central o periférico. Si las burbujas se forman en el torrente sanguíneo se conoce como embolia gaseosa. La enfermedad por descompresión en los buzos que utilizan scuba se desarrolla tras 1 a 48 h y cerca de 90% de los casos se verifi ca en el transcurso de 3 h del buceo. Los buzos incrementan el riesgo de enfermedad por descompresión si vuelan en el lapso de 12 h tras el buceo. Como consecuencia de esta demora, debe analizarse con cuidado toda la información obtenida mediante el interrogatorio al paciente, y lo referido por su familia y amigos. Esta información puede aportar los únicos indicios que relacionen los problemas con el buceo con scuba.

La aeroembolia o embolia gaseosa es una consecuencia de la enfermedad por descompresión, en
donde se forma una burbuja de aire en el torrente sanguíneo (aero-émbolo) y éste, como cualquier otro tipo de émbolo (coágulo por ejemplo), según su tamaño puede obstruir arterias que irrigan a distintos órganos, siendo los mas letales cuando ocluyen un vaso pulmonar, cerebral, e incluso cardiaco. En el caso de ocluir un vaso cerebral los signos y síntomas son muy similares a los de un EVC de tipo trombótico o isquémico, en el caso de afectar un vaso pulmonar se manifi esta como dolor retroesternal ardoroso o en “barra” en la zona de hipocondrios y epigastrio y disnea. En el caso de afectar vasos coronarios los signos y síntomas son similares a los de un infarto de miocardio.
Los siguientes son signos y síntomas comunes de los problemas por buceo con equipo scuba:

Embolia gaseosa (signos y síntomas de inicio rápido)
• Campos visuales afectados, visión doble, o pérdida de parte de la visión
• Dolor torácico
• Adormecimiento y hormigueo en extremidades
• Debilidad generalizada o localizada, posible parálisis
• Sangre espumosa en boca o nariz
• Convulsiones
• Evolución rápida a la inconsciencia
• Paros respiratorio y cardiaco
• Enfi sema subcutáneo (burbujas debajo de la piel)

Enfermedad por descompresión
• Cambios de la personalidad
• Fatiga
• Dolor profundo en músculos y articulaciones (la “enfermedad del buzo”)
• Máculas pruriginosas o moteado de la piel tipo herpetiforme, que siguen el trayecto de un nervio
periférico
• Hipoestesia o parálisis
• Sofocación
• Tos
• Respiración laboriosa
• Conductas similares a las de la intoxicación (como marcha tambaleante)
• Dolor torácico y de cabeza de moderado a intenso
• Colapso que conduce a la inconsciencia



Gracias.